La vieira, un símbolo delicioso que se come
Este molusco bivalvo, primo de las almejas y las ostras, vive sobre fondos de arena o grava cerca de la costa, llegando hasta profundidades de 100 metros para buscar aguas limpias.
La temporada de la vieira se extiende de octubre a marzo, pero cuando hay más es a partir de diciembre.
Se han encontrado fósiles de vieira que datan de hace 3 millones de años y también hay restos prehistóricos que las relacionan con los ritos fúnebres y con la creencia de que tenía efectos afrodisíacos.
No hay duda de que se trata de un alimento exquisito y con mucha historia, y también con un gran simbolismo, ya que no sólo es el logotipo de una famosa compañía petrolífera y se encuentra representada en algunos escudos de armas británicos, o en el de la Orden de la Jarretera de Guillermo de Inglaterra, sino que es también el símbolo del peregrino en el Camino de Santiago. ¿Por qué? Pues porque, al ser algo típico de las costas gallegas, antiguamente, los peregrinos lo llevaban a sus lugares de origen para demostrar que habían llegado hasta el final del viaje. Además, tenía un uso eminentemente práctico, ya que por su forma se utilizaba como recipiente para beber agua durante aquel viaje que para algunos era interminable.
No se acaba aquí el significado simbólico de las vieiras: muchas culturas las identifican con la buena suerte, la fecundidad y la regeneración. De hecho, uno de sus nombres era «venera» ya que la tradición la relacionaba con el nacimiento de la diosa Venus. De ahí el famoso cuadro que Sandro Botticelli pintó en 1486, «El nacimiento de Venus», donde vemos a la diosa emergiendo de las aguas encima de una concha de vieira.
Pero a pesar de tantas virtudes, la vieira tiene sus enemigos. Entre ellos uno que también tiene un halo mágico y encantador aunque no tan delicioso: la estrella de mar.
Acabamos con un apunte sobre sus características físicas: la vieira gallega se distingue de las de Francia (Coquille St-Jacques ) y Gran Bretaña (great atlantic scallop) por tener un color más intenso con tonos violáceos y porque su valva superior es casi plana y no encaja a la perfección con los bordes ondulados de la inferior.