Al filo del cuchillo
Para preparar un tartar no valen las máquinas trituradoras. La textura, la jugosidad, la proporciona el filo del cuchillo y la mano del que lo maneja. Una realidad válida para el tartar tradicional, de carne, pero que es aun más patente cuando el sustrato está formado por lo mejor del mar. Es un festival de lo crudo.
Recent Posts