El origen del panetonne: las dos leyendas del pan de Toni

 In TrendingTopik

Según una de las leyendas, el panettone nació en el siglo XV en las cocinas del palacio de Ludovico Sforza, llamado el Moro, que a los 42 años se convirtió en Duque de Milán. Una víspera de Navidad, el Duque celebró una gran cena en la corte que tenía que acabar con un broche de oro, un postre de los que hacen historia. Pero al chef se le quemó aquel último plato del ágape. Improvisando, recurrió a un pan dulce, con fruta confitada y mantequilla, que había preparado el joven lavaplatos, que se llamaba Toni, con los ingredientes sobrantes del postre original para llevárselo a su casa. El éxito de aquella exquisitez despertó la curiosidad de Ludovico que quiso saber el nombre de aquel postre. Cuando el chef le dijo que la idea original era de su ayudante, Toni, y que el dulce en cuestión aún no tenía nombre, el Duque de Milán decidió bautizarlo con el nombre de Pan de Toni, de donde acabó siendo Panetonne.
La segunda versión del origen del panetonne es una historia de amor. Alrededor de 1490, un joven aristócrata, Ughetto Atellani de Futi, se enamoró de la hija de un pastelero de Milán. Para demostrarle su amor se hizo pasar por aprendiz de pastelero, haciéndose llamar Toni, e inventó un pan azucarado con frutas confitadas. Los milaneses, atraídos por aquella invención tan deliciosa, empezaron a acudir a la pastelería y a pedir el «pan de Toni». Es decir, el panetonne.  

Recent Posts

Leave a Comment