OSTRAS, OSTRAS Y OSTRAS: UNA OSTRA PARA CADA PALADAR
Las ostras son ricas. No sólo de sabor y propiedades nutritivas, son ricas también en variedades. Este marisco bivalvo se divide en dos categorías, las planas y las cóncavas, que a su vez incluyen numerosas clases y tipologías en función de la zona de crianza. Las primeras son acuosas y tienen más sabor a mar que las segundas; se crían en la costa atlántica aunque son también famosas en países mediterráneos como Italia, Turquía y Grecia.
En cuanto a las cóncavas, su variedad más extendida es la Cassostrea Gigas, una raza que nos ha llegado del Pacífico asiático y que es conocida también como la ostra japonesa. Existen otras variedades de ostras cóncavas, como la holandesa Oosterschelde, el ostión portugués de la desembocadura del Guadiana y la ostra americana del Golfo de México.
Aquí os proponemos un breve recorrido por algunas de las ostras, planas y cóncavas, más populares y consumidas en nuestro país. Para saber, así, un poco más de este exquisito marisco, apreciado desde la época del Imperio Romano.
PLANAS
De Galicia: Famosas son las ostras Edulis, de la zona de Arcade, en la desembocadura del río Verdugo. Son excelentes por su textura y su tamaño y el mejor momento para consumirlas es en abril.
Las Belons: Que se crían en la desembocadura del río Belon, en el Finistère Sur de la Bretaña francesa. Llenas de agua salada, dejan un sabor en la boca a yodo.
De Arcachon: Sin movernos de Francia, en la bahía de Arcachon, las ostras se caracterizan por tener matices de sabor diferentes según la localidad en la que te encuentres. Así, en Cap-Ferret, se pueden saborear ostras con aromas hortalizas y cítricos, mientras que las ostras de l’Île aux Oiseaux, evocan aromas vegetales y minerales.
Las Bouzigues: Estas ostras, menos conocidas, se encuentran en la zona mediterránea, en la laguna de Thau y son muy sabrosas y carnosas.
CÓNCAVAS
Ostra del Delta: Ostra mediterránea muy carnosa, deliciosa y con sabor de matices vegetales. La zona de cría se reduce exclusivamente las bahías del Fangar y Alfacs, situadas las dos en la desembocadura de río Ebro, en Tarragona.
Del Eo: Estas ostras de Asturias, apreciadas por su sabor desde la época romana, se alimentan de forma natural del fitoplancton de la ría del Eo, y por ello tienen unas excelentes cualidades gastronómicas. Un consejo: los entendidos recomiendan tirar el agua que contienen al abrirlas y servirlas con la que ellas solas regeneran en unos pocos minutos.
Ostras Claire: Criadas en la cuenca francesa de Marennes-Oléron pueden ser de clase Fine, que es poco carnosa, de ahí que se la denomine «fine», y con un intenso sabor marino, o de clase Speciale, muy apreciada por su carnosidad y por el equilibrio de sabor entre la dulzura de su carne y el matiz salado del mar.
Gillardeau: Conocidas como las Rolls Royce de las ostras, están consideradas como uno de los mejor productos gastronómicos del mundo.